lunes, 4 de diciembre de 2006

Para acabarse de criar

Hay mujeres que no saben que hacer con sus senos.

Hay mujeres que no saben que hacer con sus senos, pues los muy osados retan al bra, y a los botones de la blusa a contenerlos.

Hay mujeres que no saben que hacer con sus senos, pues ningún sostén tipo armadura medieval los detiene. Saltan, vibran, tiemblan; más que cualquier sismo en la escala Richter.

Hay mujeres que no saben que hacer con sus senos, pues se dirigen abiertamente hacia adelante, levantan el top, recogen miradas, provocan erecciones.

Hay mujeres que no saben que hacer con sus senos, pus invitan a los otros (hombres, mujeres también) al asomo, al acecho, a la caricia. Son el cuerpo del delito.

Hay mujeres que no saben que hacer con sus senos, los operan, modifican su tamaño.

Hay mujeres de las cuales no pensariamos que lo son, si no es por tales protuberancias.

Algunas quisieran no tenerlos.

Hay senos que no saben que hacer con la mujer.

Hay senos que no saben que hacer con la mujer adolescente, pues maduran antes que su dueña.

La mayoría de los seos pierden la inocecia mucho antes que la hendidura vaginal.

Hay senos que son realidad, otros que solo ilusión.

Hay senos que caben en una mano.

Hay manos que no alcanzan a rodearlos.

No importa el tamañao de los senos, sino lo que se sepa hacer con ellos.

Por lo regular el seno izquierdo es algo más plano que el derecho.

Hay senos que se disputan con las nalgas e título de "punto de mayor interés erótico".

Hay senos que no solo amamantan al crío, sino también al amante.

Hay quienes quiseran mamar de los senos de la mujer del prójimo.


Y hay imbéciles que ante la falta de mujer (¿estás escuchando Luisito?), se conforman con la soledad de su mano.

Por eso pequeñines, cuando haya lodo, atásquense!!!
Att: Gutierritos Mayor.

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